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Vamos México

lunes, 9 de marzo de 2009

No puede ser que no seamos buenos para algo, fue el último pensamiento que cruzó por mi mente antes de irme a dormir. La molestia que siento ahora es demasiado grande para guardármela. Algo que debió ser increíble en el sentido positivo, terminó por serlo en el sentido negativo. Por cuestiones de exposición lo separaré en apartados.

I. La Política

1. Entra la banda de guerra al campo, formidablemente ordenados, omnipresencia del Estado Mexicano. Se presenta la bandera y se entona el Toque y el Himno Nacional. Los Símbolos Patrios en perfecta armonía.

2. El lanzamiento de la primera bola corre a cargo de El Secretario Cartens. Nadie en su sano juicio envía en representación suya al Secretario de Hacienda en tiempo de crisis económica (sus declaraciones sobre el futuro económico de este país san tan profundas como un charco lleno de agua). Abucheado terriblemente, sí, buuuuuu, buuuuuu; pero los trapos sucios se lavan en casa. Es un partido de Béisbol trasmitido a nivel mundial, no creo que sea el lugar ni el momento para mostrar desaprobación. Masa, muchedumbre, eso es lo que somos. Abuchear a alguien no mejorará la situación del país, el Secretario llegó y se fue en el Helicóptero Oficial... al menos yo no me siento mejor mexicano, siento vergüenza, tanto por los políticos como por los ciudadanos (si es que a cada grupo le corresponde ese título).

3. Casi al final del juego, Australia logra dar la vuelta y ahora tiene una cómoda ventaja. En la zona roja se puede ver una pequeña comitiva australiana, no más de 20 personas. De pronto, de una parte más alta algún frustrado comienza a lanzar insultos y objetos a las visitas. Obviamente el loco ese fue escoltado e invitado a abandonar el parque... Generalmente, uno no le lanza objetos a otras personas, eso lo pueden hacer los lindos changuitos en Catemaco o en los zoológicos (ah, pero descendemos del mono, se me olvida, mi error de siempre, pensar que somos una especie educada, sensible y compasiva). Vergonzoso, esto es México, está lleno de gente, todos somos gente.

II. El Partido

No llegamos a tiempo para el partido de Cuba vs. Sudáfrica, pero nos encontramos parte de la fanaticada cubana (mi mundo es tan pequeño que nunca había visto a tantos cubanos juntos), gente muy divertida y de fiesta. Fue cuando me cayó el veinte, esto es un Mundial, que emoción. ¡Que bueno que estamos aquí! Pudimos acceder a nuestros lugares hasta pasadas las cinco, pero la espera no fue tan desastrosa, tal vez faltaron lugares con sombra, pero estaba el Festival ese en el que hubo concierto, chicas Tecate, víveres y cosas curiosas que ver. La cochinita pibil podría salvarme de un ataque de nervios.

No hablaré demasiado del partido, me gusta el béisbol, pero disto mucho de ser un experto y no domino demasiado el juego en cuanto a las estrategias, pero sí sé que NO se roba tercera base sin outs sin mandar a robar segunda, pues eso pasó como en la tercera entrada, salió el out y el ánimo se fue por los suelos.

Después de eso, México anotó y logró colgar un par de ceros. Confieso que salí por unos minutos a socializar y comprar más tacos, pero cuando regresé la cosa iba 7-7 y justo antes de volver a mi lugar Australia dio la vuelta. Lo que ocurrió después entra a mi recién inaugurada categoría: "el peor momento deportivo en toda mi vida"; y vaya que he tenido malos momentos, pero ninguno se compara con esto. Es más, ni perder en penales se ha sentido tan mal. Un 17-7, un Knock Out (o lo que es lo mismo, este partido está tan jodidamente decidido que no tiene sentido continuar porque lo más probable es que recibas más carreras y no logres siquiera acercarte un poco).

III. Conclusión

Se puede perder, es parte del juego, pero no se puede perder de esta forma. Es cierto que México no tuvo buen picheo, pero no era para tanto. Una vez más la moral se fue para abajo, y no alcanzó para evitar que el estadio se vaciara casi en su totalidad antes de la octava entrada, ni para decir que buen juego o para sentirse orgulloso de una selección. No, todo lo contrario, me siento insultado y ofendido.

Ya sé que hay cientos de estudios sobre la psicología del mexicano y todas es farfulladas. Ya sabemos como somos, lo fundamental es cómo cambiarnos.

Conozca México

martes, 6 de enero de 2009

Me prometí escribir mucho este año, así que auguro muchos posts sin sentido ni motivos aparentes, afortunadamente este no es el caso.

En mi gustada sección de quejas contra los medios de comunicación, externo la siguiente queja. Si han tenido la suerte de ir al cine en las últimas semanas , han tenido la mala suerte de ver un anuncio de "Conozca México" de la Secretaría de Turismo. En general me gustan los anuncios que nos invitan a visitar lugares, ingenian bonitos logos, slogans horribles nada pegajosos e imágenes cinematográficas exaltando los lugares interesantes y más representativos de cada destino. Sin embargo, el anuncio del que hago mención, es tan discriminatorio como el formato en el que fue filmado, y eso es lamentable. El anuncio publicita a México y el slogan dice algo como "Conoce México de Verdad", fondeado con música de película de acción y escenas trepidantes. Va, se las compro, pero de pronto, salen escenas de personas de evidente nivel económico (notese no socioeconómico, económico a secas) alto, siento atendidas por personas evidentemente indígenas, con las pirámides detrás y el spa y cualquier cantidad de cosas que no cualquiera puede pagar.

Claro que es México de verdad, la gente nativa de este país exótico le atenderá como rey y cumplirá sus más finos caprichos. ¡Por favor!

Indiana Jones y La Búsqueda de la Colmena Perdida

domingo, 8 de junio de 2008

Cruzamos el último retén, evadiendo forasteros y tomando el primer camión que encontramos. Haber bajado tan rápido fue una gran casualidad.


Encontramos un camión a Cuernavaca, había lugar para cuatro, decidimos tomarlo, todo era mejor que seguir caminando con el rumor de que más abajo encontraríamos los camiones que nos llevarían a CU. Una vez en el camión, le preguntamos a unos lugareños sobre el destino final al que nos conduciría el chofer. Plaza Galerías, dónde está, no lo sé, pero la expresión de los morelenses no nos daba muchas esperanzas.

Rumores me despiertan, acomodo mi sombrero. Nuevos pasajeros, noticias, el chofer prometió bajarlos en el estacionamiento. Esa era nuestra oportunidad, saldríamos de esta. La gente afuera seguía caminando cuesta abajo. Era como estar en: lo que seguramente será El Fin de los Tiempos, La Noche de los Muertos Vivientes, Indiana Jones en cualquiera de sus cuatro entregas, La Guerra de los Mundos, La Autopista del Sur, Soy Leyenda, Cloverfield, el capítulo de los Simpson donde cae el meteoro.

La emoción de correr entre camiones, yo con mi sombrero y mi mochila de cruce de hombro, con mi chica tomados de la mano, saltando de un lado a otro a la Indy, no venía incluido en el paquete de transporte. El sueño de todo hombre: luchar contra turbas enardecidas, salir de espacios cuyos límites se reducen dramáticamente, tomar camiones de forma improvisada y pateando las caras y traseros de todos los miembros del staff de Dos Abejas.

Logramos llegar a la Ciudad de México poco antes de las 2 am. Sanos y salvos, con un sabor de boca que no puedo definir. Ver a Sigur Rós, valió la pena hasta cierto punto, como vale la pena ir a ver perder a los Pumas una semifinal contra esos de los que no hablo. La historia de lo mal que se puso el baterista a estas horas es harto conocida, lo mismo que fue la tortura y el casi Apocalipsis que sufrimos todos los que asistimos. Al igual que las mentadas de madres y demandas que recibirán los organizadores (a las cuales me uniré de una u otra forma). Tocaron como seis canciones, hubo lluvia de papeles (que al final se veían como estrellas), lograron ponernos a brincar y se ve que le echaron ganas y que estaban sumamente preocupados por el estado de su compañero y del mal tino, a final de cuentas no es su culpa, pero como Pearl Jam en Bélgica, deberán estar enterados de esto y hacer algo al respecto. Antes que todo está la seguridad y la información. Amnistía Internacional defiende los Derechos Humanos, la tercera generación de estos habla del derecho a la información y la cuarta habla del derecho a la igualdad sociocultural... No es necesario estar en China o sufrir de abusos por parte de autoridades o situaciones extremas para hablar de DDHH. Es más cotidiano que todo ello, es tan sencillo como decir: "los camiones los esperan abajo, son seis kilómetros".

Para finalizar, nada como ver a un niño con machete en mano, portando una playera de staff con la leyenda "Yo te Cuido".

Tampoco nos dijeron que el festival se llamaba Colmena por la forma en salimos todos del recinto sagrado, cual abejas u hormigas, pisoteadas por camiones, malas decisiones y buenas intenciones.

Sobre todas las alternativas

miércoles, 5 de marzo de 2008

Muy rara vez utilizo este espacio para criticar a los medios o para quejarme de ellos, pero hoy sí que me colmaron. Estaba botoneando en el radio mientras iba al trabajo. Mi primera estación es el 88.3, misma que es la entrada para la caja de discos, la segunda es ibero, la tercera es reactor, la cuarta w fm, la quinta opus y la sexta horizonte. De seis (sin contar radio Kornhauser, pues son mis discos), tres son de IMER, una es radio universitaria y otra es de televisa.

IMER y en particular Reactor, al ser estaciones de radio públicas (o sea, financiadas por el estado), pueden ser un poco más propostivas en sus contenidos aunque eso signifique menos recursos y por lo tanto menos producción. Es entendible y hasta creo que es algo muy loable.

Reactor, antes Órbita (y creo que ese era un nombre más afortunado), tenía que luchar contra Radioactivo para tener el público joven "rockero" de la ciudad e incluso lograba haber una identificación entre escuchas y las estaciones. Llegó el día en que terminó Radioactivo y buena parte del equipo se mudó a Órbita, pero como era de esperarse Órbita desapareció y nació el horrible híbrido que hoy es Reactor.

Después de un poco de historia reciente, resulta que estos cuates pusieron de moda esa horrible canción de la Mataviejitas entre otras que por ser mexicanas y estar en español merecen un espacio, que los locutores, las presentan como el hito a la libertad de expresión y como el claro ejemplo de la apertura de espacios (digo, siguen programando a the Offspring con una canción de hace 10 años muy feita, al menos dos veces por semana). Llevan el juego de la relatividad al extremo, desafiando a los escuchas a definir sus gustos y aclarar términos en mensajes de menos de 150 carácteres contra un micrófono abierto. Solía escuchar Radioactivo y me gustaba que las canciones que ponían eran canciones que les gustaba y que tenían una razón para programarlas. Pues hoy, y tal vez no entedí y se trata de una broma, piden a sus radioescuchas que opinen si tan odiosa canción ya fue o sigue siendo vigente ($3.50 el mensaje cortesía de telcel, me imagino), cuando la canción salió hace dos meses.

El buen Martino, antes de que se fuera a Europa, se ofendia de que le pidieran canciones de 31 minutos, canciones que a mi juicio son más divertidas, mejor producidas y más propositivas que la Mataviejitas, salvo que son canciones para un programa infantil (que según mi experiencia le gusta más a los veinteañeros que a los niños).

Creo que si a esas vamos, deberían de dejar el micrófono abierto, que lleguen bandas que nunca han sondado en el radio, que pongan sus canciones y que las presenten.

"No hay arriba, no hay abajo, no hay parámetros." No les caería mal un poco de Reich o de Cage o de ruido para poder dar tan aventuradas conjeturas.


Mitterwoch

miércoles, 24 de octubre de 2007

¿Porqué me siento tan cansado? Es como si tuviera la presión baja. Ahora mismo quisiera dormir, no puedo concentrarme. Tengo frías las manos y siento que no responden a mi antojo, eso podría ser explicado por el frío. Creo que me prepararé un cereal. Me arden los ojos y tengo sueño. Es como si se me acabara la energía. Tengo cosas que hacer, a pesar de mis vacaciones. Debería estar de viaje o aprovechándome. Tal vez es eso lo que necesito, recuperarme y hacer las cosas que por razones laborales y académicas no he podido.

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Now playing: The Brian Setzer Orchestra - The Dirty Boogie
via FoxyTunes

El Desquite

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Llegué agotado del trabajo. Jornada maratónica de doce horas. Aún tengo pendiente el ensayo, hay partes que me gustan y otras les falta mucho. El tiempo no me alcanza, estaba apunto de abandonarlo todo. Dejar la tesis y hacer el examen de conocimientos y concentrarme en el trabajo y mi escaso tiempo libre. Pero entonces recordé mi libertad y lo que en verdad quiero hacer. De la nada me salieron fuerzas. Es el desquite, las noches son el desquite.

La Balada de un Hombre Delgado

jueves, 6 de septiembre de 2007

Ahora resulta que somos tan importantes como para que alguien pierda el tiempo en mandar anónimos diciendo cosas fuera de contexto. Vaya, me siento importante. La situación está más complicada de lo que de por sí ya es. Son de esas cosas que nunca pensé que me pasarían. Pongo a Dylan porque hoy lo escuché, porque por alguna razón asocio la canción con esta desagradable situación, ha de ser la parte de somthing it's going on, but you don't know what it is, y porque este es mi post 100.

You walk into the room
With your pencil in your hand
You see somebody naked
And you say, "Who is that man?"
You try so hard
But you don't understand
Just what you'll say
When you get home

Because something is happening here
But you don't know what it is
Do you, Mister Jones?

You raise up your head
And you ask, "Is this where it is?"
And somebody points to you and says
"It's his"
And you say, "What's mine?"
And somebody else says, "Where what is?"
And you say, "Oh my God
Am I here all alone?"

Because something is happening here
But you don't know what it is
Do you, Mister Jones?

You hand in your ticket
And you go watch the geek
Who immediately walks up to you
When he hears you speak
And says, "How does it feel
To be such a freak?"
And you say, "Impossible"
As he hands you a bone

Because something is happening here
But you don't know what it is
Do you, Mister Jones?

You have many contacts
Among the lumberjacks
To get you facts
When someone attacks your imagination
But nobody has any respect
Anyway they already expect you
To just give a check
To tax-deductible charity organizations

You've been with the professors
And they've all liked your looks
With great lawyers you have
Discussed lepers and crooks
You've been through all of
F. Scott Fitzgerald's books
You're very well read
It's well known

Because something is happening here
But you don't know what it is
Do you, Mister Jones?

Well, the sword swallower, he comes up to you
And then he kneels
He crosses himself
And then he clicks his high heels
And without further notice
He asks you how it feels
And he says, "Here is your throat back
Thanks for the loan"

Because something is happening here
But you don't know what it is
Do you, Mister Jones?

Now you see this one-eyed midget
Shouting the word "NOW"
And you say, "For what reason?"
And he says, "How?"
And you say, "What does this mean?"
And he screams back, "You're a cow
Give me some milk
Or else go home"

Because something is happening here
But you don't know what it is
Do you, Mister Jones?

Well, you walk into the room
Like a camel and then you frown
You put your eyes in your pocket
And your nose on the ground
There ought to be a law
Against you comin' around
You should be made
To wear earphones

Because something is happening here
But you don't know what it is
Do you, Mister Jones?


Bob Dylan

No más de mí así

domingo, 1 de julio de 2007

Se supone que escribir y los libros son lo que quiero hacer de mi vida. Desde la preparatoria lo he sabido, pero decidí estudiar psicología.

Parece ser que las letras son mi utopía, para caminar y para darme atole con el dedo. La cantidad de páginas que leo semanalmente es raquítica, ni que decir de la cantidad de palabras que escribo, y mucho menos los trabajos que haya terminado. Se supone que escribir es lo que quiero de mi vida, esto quiero hacer.

Aarón (el del Modelo 68), me dice que debo de ponerme a buscar la forma de empezar a trabajar en esto. Tiene toda la razón. La única limitante que tengo es que no me la creo y no me la creo y no me la creo. Escribo por necesidad, porque no me aguanto, porque no soy buena persona, porque no puedo nunca decidirme a hacer algo, porque siempre repito lo mismo y lo disfrazo de palabras y de actos de significado.

Me gustaría poder decir, ese poema es una mierda o poder describir lo que siento cuando algo en verdad me gusta. No paso de referencias, citas y cambios en mis miradas y entonaciones.

Debería escribir sin preocuparme, así como los autores que más respeto. Mandar a todos al diablo y poder decir, este es mi trabajo y sí no te gusta: jódete.

Pus nomas

sábado, 2 de junio de 2007

Debería escribir más, debería leer mucho más. Al menos la música me mantiene intelectualmente activo. La tesis me consume mucho tiempo. Me hubiera encantado postear algo ayer del Sgt. Pepper, lo más que pude hacer fue escucharlo a manera de tributo mientras trabajaba.

Quiero estudiar otra vez, quiero terminar lo que empiezo, quiero saber que quiero.

4º Intento

miércoles, 16 de mayo de 2007

Lo intentaré una vez más, tal vez deba dejar de sonar muy experto de lo que digo y sólo escribir.
Existen momentos mágicos, en serio que sí. Coincidencias, construcciones simbólicas, pero más coincidencias. Mi teoría es que a todos nos pasan de estos momentos mágicos, sólo que no todos tienen la capacidad de verlos. Algunos piensan que creer en algo así es igual a ser el centro del mundo, otros como yo, pensamos que efectivamente, somos el centro del mundo. Mundo entendido como una construcción simbólica. Y entonces las coincidencias nos reafirman decisiones o nos tumban otras, los símbolos tan especiales para ciertas ocasiones se degradan y dejan de funcionar o se transforman y dan pie a otras nuevas. Se ha de parecer a la teoría de la evolución, las construcciones más afectivas sobreviven, mientras que las que no lo son tanto se extinguen. Aun así, tenemos el problema de los afectos mal encaminados que producen enfermedades y neurosis. Esos son muy aptos, han de ser como virus, que para sobrevivir tienen que matar a las células huésped.

Creo que sí algún maestro leyera esto se pondría un poco verde del coraje. Creo que no aprendí nada de la Facultad; los paradigmas no se mezclan. Una cosa es Psicología Evolutiva y otra el Socioconstructivismo. Ambas explican todo, ahora, ambas dos veces explican dos todos dos veces.

Todo, todo lo que hacemos es para propagar nuestros genes, rascar nuestras espaldas y llenar los vacíos internos, conciliar treguas internas y sanar viejas diferencias con nuestros antepasados, ya sea un homo algunus o nuestros padres. Me niego a creer que estamos dichos, a que el mundo existe y que soy parte de una masa especial.

Acta

sábado, 31 de marzo de 2007

Ayer terminé de leer Por los Caminos de Swann, la primera parte de siete que componen la edición de Alianza de En Busca del Tiempo Perdido. Lo terminé en el camión que va a Taxqueña, lo tomé frente a Gandhi de Miguel Ángel de Quevedo, en el camino pensaba que tal vez era mejor irme por el Metrobus hasta Eje 6 y de ahí tomar un pesero. Era tarde para cambiar de opinión, e independientemente de la ruta hubiera leído.

Desde el jueves de la semana pasada hasta ayer tuve, lo que hasta ahora ha sido, la semana más pesada del tiempo que llevo en el trabajo. He estado pensando sobre eso, lo que he podido. Ayer en la noche estaba en blanco, completamente en blanco. Pensaba algo, pero no tenía fuerzas para decirlo, no sabía siquiera lo que estaba pensando. Dormí, descansé mal, soñaba en escribir y que eso me iba a aliviar. Aquí estoy escribiendo, ciertamente me siento mejor. Lo pesado del trabajo no fue trasladarnos al IFE cinco días, para después regresar y preparar los materiales para el día siguiente, ni siquiera fue irnos tarde. Lo terrible, lo que me tiene maniatado, desilusionado son los errores tontos, los errores que aunque el documento se revise una y otra vez aparecen. Una letra, un espacio. La solución no era complicada y el trabajo no se fue así, al menos lo que logramos revisar. Esos errores me hacen sentir como un tarado, distraído y desorganizado. Suelo ser muy distraído, es verdad, me distraigo con una gota de lluvia en la ventana, o el reflejo de alguna cosa en la pantalla de la computadora, o haciendo patrones con los mosaicos de algunas paredes o simplemente viendo a la nada y pensando en cualquier otra cosa (que supongo que ahí es cuando genero todas las tonterías que digo, escribo o incluso dibujo). Esta bien, a todos se le van esos detalles y por eso se revisan. Ojos frescos para ver errores.

Lo que me tiene todavía más frustrado, esa es la palabra, frustrado, son las actas. Se tienen que hacer actas que narren de manera breve y puntual (por supuesto, con redacción de acta, nada ilustrativa, burocrática y sobretodo aburrida), lo ocurrido en las sesiones. Mi tarea era redactarlas. El hecho de tener un blog demuestra que me gusta escribir, es cierto que no subo todo lo que escribo, pero digamos que no me considero un papanatas en esto. Sí discutimos las imágenes y creatividad de los escritos, es diferente, pero eso ya es asunto de los grandes. A lo que me refiero es que creo tener la habilidad mínima para organizar mis ideas, medio domino los signos de puntuación y entiendo que un enunciado es para una idea y que un párrafo puede tener una o varias ideas principales, pero que en general cada párrafo trata sobre una idea y que las demás oraciones redondean la idea principal; misma que no siempre es la primera. Estoy tratando de escribir una tesis harto complicada, me gusta leer libros pesados y quiero hacer maestría en letras o empezar desde cero, porque también sé que no tengo estudios avanzados sobre literatura. Siendo ese mi marco de referencia no puedo entender como no puedo redactar un acta de manera correcta.

Las escribo, describo lo que pasó y me topo con que ya estoy escribiendo como escribo regularmente. Se supone que me baso en las actas escritas previamente, pero no puedo. Me desespera de sobremanera. El que escribe no soy yo, escribe el membrete y escribe el trabajo, escribe el contrato, escribe el entregable, escribe la computadora, escriben los acuerdos, escriben la técnica, pero no escribo yo. No he podido lograr que el que escriba no sea yo.

Existe esta idea de que una persona que sabe escribir es porque ha leído y se ha preparado y todas esas tonterías. Y nos dan talleres de redacción alienados para escribir lo que hay que escribir. Lo importante es el oficio, el acta, el memo. Muy formales todos ellos, muy políticos, pero huecos, aburridos, convenientes y hasta vulgares. El oficio trae la información que necesitas, nada más. Así es esto, la gente necesita de otra gente y nada más. En cambio en correos o los acuerdos no oficiales hay un poquito más de vida; en eso que ocurre a todas horas y que no está escrito en ninguna parte.

Lo digo y lo repito, este sistema de echarle ganas está podrido. No hay espíritu. Todo es nombre, todo es dato, todo es acto, todo es eficiencia, todo es positivo.

Terminamos eso que había que entregar, no me siento nada satisfecho, nada orgulloso del trabajo ni del esfuerzo realizado, ayer fue quincena y me siento todavía más vacío que antes de entrar a trabajar.

Swann me acompañó en estos días duros.

Homologar, a final de cuentas, es una palabra bonita.

Aprovecho la ocasión para enviarles con cordial saludo.

Rafael Kornhauser

Cuento contigo