4º Intento

miércoles, 16 de mayo de 2007

Lo intentaré una vez más, tal vez deba dejar de sonar muy experto de lo que digo y sólo escribir.
Existen momentos mágicos, en serio que sí. Coincidencias, construcciones simbólicas, pero más coincidencias. Mi teoría es que a todos nos pasan de estos momentos mágicos, sólo que no todos tienen la capacidad de verlos. Algunos piensan que creer en algo así es igual a ser el centro del mundo, otros como yo, pensamos que efectivamente, somos el centro del mundo. Mundo entendido como una construcción simbólica. Y entonces las coincidencias nos reafirman decisiones o nos tumban otras, los símbolos tan especiales para ciertas ocasiones se degradan y dejan de funcionar o se transforman y dan pie a otras nuevas. Se ha de parecer a la teoría de la evolución, las construcciones más afectivas sobreviven, mientras que las que no lo son tanto se extinguen. Aun así, tenemos el problema de los afectos mal encaminados que producen enfermedades y neurosis. Esos son muy aptos, han de ser como virus, que para sobrevivir tienen que matar a las células huésped.

Creo que sí algún maestro leyera esto se pondría un poco verde del coraje. Creo que no aprendí nada de la Facultad; los paradigmas no se mezclan. Una cosa es Psicología Evolutiva y otra el Socioconstructivismo. Ambas explican todo, ahora, ambas dos veces explican dos todos dos veces.

Todo, todo lo que hacemos es para propagar nuestros genes, rascar nuestras espaldas y llenar los vacíos internos, conciliar treguas internas y sanar viejas diferencias con nuestros antepasados, ya sea un homo algunus o nuestros padres. Me niego a creer que estamos dichos, a que el mundo existe y que soy parte de una masa especial.

2 comentarios:

Andrea Lopez Estrada dijo...

Indeed

Anónimo dijo...

Pues no estas muy lejos de una verdad, de esas que las llaman absolutas, pero también resulta que esa verdad te puede llevar tras bambalinas y experimentar la otra realidad, ahí donde se degustan los verdaderos placer y el alma es lo qu es....pero bueno, ..es como la matrix.

Cuento contigo