La soya

viernes, 24 de abril de 2009

¿Qué es la soya? ¿Cómo es que algo puede adquirir tantas formas? Sin embargo, no deja de ser una imitación, sin importar lo nutritiva, versátil o práctica, no es carne, no es pollo, no es leche.

Mi padre me ha enseñado muchas cosas aunque casi nunca de una manera directa y clara. Es una combinación entre el papá de Kevin Arnold (el de Los Años Maravillosos) y Clint Eastwood en Gran Torino. Podrán imaginar que es una persona adorable, una vez que entienden su forma. Una de las escasas reflexiones que nos ha compartido de manera abierta trató sobre cómo en ciertos momentos uno tiene que elegir y esa elección es asumida por otros como una alianza.

Lo que quiero decir es que cuando nos vemos forzados a decidir lo hacemos considerando (o así debería ser) la mayor cantidad de variables posibles (es sabido que no lo hacemos bien, y hay toda una rama de la Economía y de la Psicología que se dedica a esto, hasta premios Nobel han dado). Aún no queda muy claro cómo es que elegimos, se sabe que somos muy malos para manejar números, particularmente los porcentajes y relaciones. El problema de esos estudios es que, hasta donde sé, sólo pueden describir la capacidad matemática de las personas ante situaciones confusas. En psicología social se han hecho estudios sobre influencia social y participación, pero no mucho sobre la vinculación con otras personas.

Durante mi estancia en la facultad pasé por muchas áreas y ninguna me parecía del todo acertada. Necesitaba algo que se pudiera aplicar fuera de un laboratorio (sí, ya sé, la ciencia básica busca la solución a todo, aunque no parezca), algo que pudiera responder mis preguntas. ¿Por qué no estudié filosofía? No lo sé bien, alguna extraña mezcla entre miedo y verdadero interés por el cerebro. Durante mi servicio social estudié muchas cosas sobre la toma de decisiones, muy interesante, pero las personas a mi al rededor y yo mismo tomábamos las peores decisiones y entonces pensé: algo no está bien, porqué no aplicamos esto en nuestra vida diaria. A la par tomé esa clase que da mi directora de tesis: Filosofía y Economía y encontré lo que andaba buscando, parcialmente al menos. Me metí en un gran problema, mismo del que no termino de salir.

Se sabe más o menos como nos comportamos en situaciones económicas, se sabe más o menos como elegimos pareja y se sabe más o menos como nos desenvolvemos en un grupo y cómo lograr metas. Lo que no se sabe bien es como hacemos una trama, como es que nos ocurren las cosas. La respuesta no está en filosofía ni en la psicología, está en la literatura (o más abstracto en el arte). ¿Cómo tomar partido si no se tiene la información necesaria para decidir? Al tomar partido por una persona, generalmente se toma partido contra otras (de forma deliberada o accidental). Al ser así, no se pueden aplicar valores de verdad y mentira, no al momento. Todo es cierto, no creo que se pueda decir "viví una mentira", por que entonces cómo podríamos cambiar el significado de lo que nos pasó, cómo podríamos superar adversidades, cómo podríamos aprender. Uno no vive mentiras, uno vive, después contamos la historia, una y otra vez. A diferencia de cualquier narrativa la información que poseemos sobre nosotros mismos y los que nos acontece siempre cambia, aún después de la muerte.

¿Qué es la soya? Es una semilla que se usa para muchas cosas y que no deja de ser soya a pesar de todo.


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2 comentarios:

MSL dijo...

¿Cómo hacemos una trama? bueno, un "Médico Vienés" que creo el Psicoanálisis le dio respuestas a lo que preguntas...

Rafael dijo...

Sí, pensé en él cuando escribía esto. Pero no sé, no necesariamente es patológico, por eso no lo mencioné

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