sábado, 19 de noviembre de 2005

¿Qué he de esperar de la gente? La pregunta por si misma me parece ingenua. De la gente no se espera nada. ¿Porqué alguién habría de darme algo? ¿Porqué habría de darles algo? Pues para esperar que me dieran, se dirá en algunos pechos. En realidad es muy disparejo, espero más de otros que me de dan poco y les doy mucho, otros me dan tantísimo que hasta me siento ingrato por no darles si quiera una mísera parte de lo que me dan. Y lo peor es que parece que valoro más a esos que casi no me dan que a los que hasta su vida podrían regalarme. Escribir esto me suena de lo más tremendamente moralino que he escrito... la salida fácil sería: cómo veo doy. Pero mi dar está condicionado a mi sentir y mi sentir no suele ser lo más comprendible.

Hay días como hoy en que de quien espero algo no me lo da a pesar de que yo me creo dispuesto a dárselo todo, y sé que en algún lugar alguien me da sin esperar nada a cambio. Sor Juana lo dice mejor en su poema, ese que no recuerdo como va pero que habla de los amores de unos con los desamores de otros en amores de desamores.


Y sigo sonando moralino, muy moralino que sueno. Tal vez si diga que no es algo de bueno o malo, sino que se trata de esas incongruencias nuestras. No me gusta tampoco, pero bueno, lo que si es cierto es que es algo que me preocupa y me pone a reflexionar sobre mi condición en ese tipo de dinámicas. Como es de esperarse no llego a nada que me haga avanzar y entender un poco más, y en realidad creo que no me interesa saber la respuesta, tal vez por que entiendo que no existe. No hay respuesta para eso, solo un andar viendo, un andar probando, un andar caminando: un andar azaroso partiendo de mi "no" espera de nada y un deseo completo de compenetración con alguien más.

0 comentarios:

Cuento contigo