Mostrando las entradas con la etiqueta recuerdos. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta recuerdos. Mostrar todas las entradas

Mi discreto regreso al campo de juego

jueves, 29 de octubre de 2009

Mi discreto regreso al béisbol, o mejor dicho mi discreto camino por el béisbol. Mi relación con el rey de los deportes es más o menos ajena, no soy un experto en ningún sentido. Es decir, entiendo las reglas básicas (como de casi cualquier deporte, excepto rugby y ese deporte raro que es una combinación entre rugby, hockey sobre pasto, jai alai, amerciano y soccer). De pequeñito jugaba con mi padre el Bases Loaded 3 para el NES y posteriormente uno muy extraño con droids y chicas droids curvosas que tenían propulsores en los zapatos y brincaban varias decenas de metros para hacer outs, según recuerdo era muy divertido (seguro era horrendo).


Super Baseball 2020, en qué estaban pensando cuando le pusieron 2020, era 1993, esperaban que en 30 años el mundo fuera sustancialmente diferente

Tiempo después tuve mi primer manopla, una bonita Rawling. Eran los tiempos en que uno dejaba la primaria para entrar a la secundaria, jugábamos en parques cercanos a mi casa y ahora que lo pienso, eramos mucha banda beisbolera. No recuerdo haber visto otros niños jugar béisbol por los rumbos, bueno ni fútbol años después (cabe mencionar que un parque lo llenaron de árboles para que no jugáramos y otro apenas se recupera de los intensos partidos dominicales).

Me gustaría saber dónde dejé esa manopla.

Abandoné el deporte que nunca practiqué en forma, esporádicamente salía a pelotear con amigos o íbamos al campo de CU, pero nada serio. Un buen día, en la facultad, se dio la oportunidad de formar un equipo de béisbol. Mi facultad se caracteriza entre muchas cosas por tener un exceso de mujeres y por tanto una falta de hombres que quisieran practicar algún deporte y, mucho menos que quisieran jugar béisbol. Con algunos, ejem, sí, estudiantes de la facultad, logramos formar un equipo. Elegimos uniformes, y puedo presumir que fueron los más bonitos de todas las facultades. Un conjunto gris, con morado (el color de la facultad para los deportes) y vivos en negro. Una nueva manopla fue necesaria, y la elegida fue una Mizuno, compré concha, suspensorio, esas banditas para los antebrazos que no sirven para nada pero dan porte, y guantes para batear. Era todo un beisbolista. Así pasó un poco más de un año, entrenamientos durante la semana, partidos, partidos en Xochimilco, con topos y hoyos. Había topos en los jardines, hacían hoyos y salían saludar. Se acercaba el final de la carrera y los miembros del equipo poco a poco decidieron que eran más importantes sus clases y el equipo se desintegró. Los restantes nos juntamos con restos de otros equipos del STUNAM y después se formó el infame equipo de Los Corsarios (un uniforme dorado amarillo horrendo, que agraciaba una gorra negra con el logo de la Corona). Ese equipo duró poco, y así pasaron mis glorias beisboleras.

Hace poco, Aarón (aka El Mariachi, Wasabi, El Cubo, Raron, Memo, Caballo, etc), nos invitó a jugar de nueva cuenta en la liga maya, algo parecido al béisbol, pero con pelota de softball, y medidas de softball y reglas de softball, pero que yo le digo béisbol. Recuperé mi equipo y me preparé, la semana de mi regreso por alguna razón que no recuerdo no fui a jugar, la mala fortuna me acompañó; me abrieron el coche se robaron mi maleta, que contenía: mi concha y suspensorio, mi camisola número 9, un pantalón, un cinturón, probablemente mis guantes de bateo, y unos tennis adidas muy viejos. Espero que al ratero le aproveche mi concha y se la meta por donde le quepa.

Hace un par de semanas al fin pude ir al campo a jugar, muy divertido. La segunda vuelta fue ayer y espero que dure bastante. Necesito comprar el equipo que el mhdp me robó y que ojalá una enfermedad mortal muy rara y nada transmisible apañe su sistema reproductor.

Ir a jugar béisbol tiene algo diferente, no sé si sea poder platicar tranquilamente en el dogout, preparar el bateo, correr a primera, o en su defecto, regresar a tu lugar con la mirada al suelo, o estar en el jardín central esperando un regalo del cielo y salvar el día.

Pronto, una historia de ficción sobre los umpires, uno de los personajes más interesantes de todo el deporte.

Un lápiz muy particular

viernes, 26 de junio de 2009

Tengo un lápiz. No tengo idea de como llegó a mis manos, un buen día lo encontré en mi bote de lápices, que tampoco sé bien cómo llegó a mí, al igual que la cajita de plástico que asumo que es para los clips y el bote que sí es para los clips y las tachuelas (con imán y toda la cosa para que se peguen en la parte interior de la tapa).

El lápiz en cuestión no tiene algún tipo de recubrimiento, pero tampoco se ve que lo hayan desnudado para dejarlo en su bonito color madera. Tiene punta en ambos extremos y escribe muy firme y suave. Odio las plumas extrafinas y los lápices menores de 2b. Mi letra es muy fea (dicen) y las plumas y lápices delgados la hacen ver enclenque y puntiaguda. En cambio, las plumas de gel, las plumas fuente y los lápices 2b en adelante me hacen pensar que vivo en esos tiempos en los que presionar demasiado fuerte la punta de la herramienta de escritura sobre el papel significaba algo.

Me gustaba sentir el reverso de las hojas después de tomar dictado, era como leer Braille; hasta que un día me di cuenta que eso era demasiado obsesivo y que debía vivir la vida. Durante mi educación media superior y superior mis apuntes se convirtieron en verdaderos derroches de tinta y grafito. Hacía unas cosas horribles, indescifrables. Fue entonces que decidí usar cuadernos especiales para esos fines, aunque no dejé de dibujar en mis cuadernos de notas. En realidad, casi no tomaba apuntes.

Utilizo un exacto para sacarle punta a todos mis lápices, no me gustan los sacapuntas, como no me gusta el corrector. El corrector es, sin problema, uno de los peores inventos de la historia. Huele horrible, contamina un montón, se ensucia con todo y debido a mi dislexia nunca he sido bueno en usar esos de tirita.

Todo eso para decir que repudio los bolígrafos genéricos, las puntas uniformemente afiladas y los errores uniformemente corregidos.

----------------
Now playing: David Bowie - Speed of Life
via FoxyTunes

Sobre Recuerdos

lunes, 15 de junio de 2009

Ah, esas bonitas ideas de que la música nos acompaña durante nuestro recorrido por este mundo, que enmarca momentos, que de todas las artes es la que probablemente más coincidencias provoca... Como no se me ocurre algo más original dejo dos canciones:



Cuando salió Volver a Comenzar recuerdo que estaba pensando algo parecido, como en un viaje hacia los adentros, lo debí haber escrito. Maldición.



A veces siento que ciertos momentos de mi vida no existieron, como si fueran ajenos (enajenados tal vez). Recuerdo y solo logro levantar una gran polvareda de memorias. Me rodea, me empolva y termino más confundido y terroso que antes.


Tengo Todo me recuerda la del Dinosaurio Anacleto de 31 minutos



----------------
Now playing: Keith Jarrett - Bring Back The Time When (If)
via FoxyTunes

If I Could be...

lunes, 16 de marzo de 2009

No se debe confiar en una banda de rock, ni colocar todas tus expectativas, enojos, rabietas, deseos y sueños en otros. Aunque de no ser así, no habría arte, no habría vínculo y todo estaría perdido.

El primer disco que compré de Radiohead fue el Ok Computer, unos varios meses después de su salida. En esos años pasaban buenos videos en MTV y Paranoid Android tenía buena rotación. No dejaba de escucharlos, eran la bomba. Mi madre, en mi cumpleaños 17 tal vez 18, me regaló el The Bends. No recuerdo bien cuando ni como adquirí el Kid A y el Amnesiac, pero eran ediciones especiales. El Hail to the Thief lo compré el día del lanzamiento, la Universidad. El In Rainbows lo compré en línea, ya trabajando (practicamente un regalo de mi padre, porque no me cobró el uso de su tarjeta).

Soy el peor fan del mundo, mi retentiva musical es terrible, nunca logro aprenderme las letras de las canciones y casi nunca me preparo para los conciertos. Me recuerdo escuchando Fake Plastic Trees en mi primera juventud, y cantaba desgarradoramente if I could be who you wanted... all the time... Diez años después de eso, ayer la canté de otra forma. Una cosa es sentir sin entender del todo; ahora estoy dentro, en my fake plastic life. Otra cosa es entender y sentir. Es como haberla escuchado por primera vez.

all the time.

Sobre la radio

domingo, 16 de noviembre de 2008

Amo la radio. Desde muy niño la radio me ha acompañado a todas partes. La primera que recuerdo que tuve fue uno de esos radios despertadores, de esos en los que los numeritos eran formados por palitos de color rojo; pasé mucho tiempo de vida pensando en cómo de un ocho podían formarse el resto de los números.

Recuerdo:

Los domingos, en la época en la que mi cama estaba en el ala derecho de mi cuarto, me ponía a escuchar, antes de dormir, Kaliman, por más que trataba me era imposible manterme despierto hasta el final. Me parecía lo más sorprendente del mundo. Creo que era muy niño para escuchar la cantidad de radionovelas que escuché, como esa que era en una casa y no pasaba otra cosa que tragedias, olvidé el nombre por ahora. Raffles, el ladrón de las manos de seda, era una de mis favoritas, no por semajanza que mi nombre guarda con el personaje.

Cuando faltaba a la escuela, me la pasaba oyendo Radio Red (muestra de lo aburrido que era como niño), aguantaba a Gutiérrez Vivo, sufrí mucho la muerte del Ing. Olea y la del señor de los deportes, que tampoco recuerdo su nombre. Chepina Peralta y sus visitas al súper me causaban mucha gracia.

Tiempo después, comenzando mi adolescencia, encontré la radio musical y abandoné la radio de contenido. Como todo niño perdido me topé con Pulsar y Alfa, las aguanté cerca de un año, hasta que me aburrieron y desesperaron, paso obvio el cambio a Radioactivo, fue una mala época para escuchar rock, todo era Korn y Marylin Manson. Desde entonces la radio me ha llenado de infinita felicidad, adoro los combos de buenas canciones, el cambiarle de estación y atrapar canciones que me gustan y encontrar maravillas, como la de la semana pasada en la que en Radio UNAM pasaron el Disco Blanco de los Beatles en covers, un compilado de diferentes artistas en diferentes discos armados en el orden del disco.

Uno de mis más grandes sueños es trabajar en la radio, sigo creyendo que es el medio de comunicación más íntimo e ingenioso de todos, dependiente total en la palabra hablada. No sé si me gustaría trabajar de locutor o ser productor. Mi primer acercamiento con la producción fue a mis escasos ca. ocho años en los que le di play a una muy vieja grabadora que ponían los spots y anuncios que tenían que pasar en el programa que tenía mi tía en una de las estaciones de mi abuelo. Quedé maravillado, gracias a mi dedo, miles de personas escuchaban la misma aburrida vaina.

En la prepa estaba la oportunidad de participar en la estación del lugar, yo andaba muy perdido y era muy retraido y no me animé, creo que hubiera sido una muy buena oportunidad. En la carrera unos amigos y yo armabamos una especie de radio local, solo que en lugar de antena teníamos una bocina y cables muy precarios, un ipod en esos años hubiera sido muy útil. Casi no hablabamos, pero poníamos muy seguido Simpatía por el Diablo y un fragmento de In a Silent Way.

En algún momento intenté tener un livestream usando el winamp, pero no lo hice, mis planes actuales involucran un podcast, aunque los podcasts no me acaban de gustar, hay algo en la pretención de creer que se tiene algo que decir que no me acaba de convencer, aunque la idea de un livestream de lo que escucho me sigue coqueteando.

En estos tiempos de creación-recreación-lectura y participación en la cultura, sería muy egoista por parte de cualquier persona no querer participar...


----------------
Now playing: The Clash - Capital Radio
via FoxyTunes

Here they are...

sábado, 13 de septiembre de 2008

En el mundo hay dos tipos de personas, los que odian a los Beatles y los que aman a los Beatles. Yo me encuentro en la segunda categoría y me siento bien. Hay algunas obras que me hacen sentir orgulloso de mi buen gusto y me hacen decir: "qué fregonería es esta, me congratulo de conocerla y disfrutarla".

Para este post en particular me referiré exclusivamente a los chicos, en especial del Rubber Soul al final. Los primeros discos no me han cautivado, pero me estoy sintiendo atraido por diversas razones a esas canciones dulces, pegajosas e inocentes de sus inicios.

De los Beatles se ha dicho todo y no ha sido suficiente, hay cantidad de información, antologías, recopilaciones, mezclas, afiches (aja, mexicanísimo), covers, influencias y un gran etcétera. Son muy populares y lo que los ha hecho populares es la gente que los escucha y tiene historias que contar. El mundo es una historia que contar y lo más incréible es que todos tenemos una.

Todo lo anterior, porque encontré una página que me ha recordado lo mucho que me gustan y las cientos historias calladitas que he elaborado con sus canciones. Es raro, a diferencia de otros grupos o melodías, casi no tengo asociados a los Beatles con personas, amores o situaciones específicas. Tal vez por eso casi no hablo de ellos, salvo algunas necedades que me hacen decir: "no has entendido nada de nada."

Resulta que hay un estudio psicológico sobre memoria y música (la verdad, y entre nosotros, no se ve muy bien hecho, y tengo muchas dudas metodológicas y conceptuales, pero para estos fines, no importa). Juntaron a un montón de gente a que se pusiera a escribir sus recuerdos asociados con los Beatles, esto con la intención de encontrar alguna relación entre la música y la recuperación de datos en la memoria. Leí unos cuantos y confieso que no me importa si son inventos, si el estilo ha sido corregido o cómo diablos van analizar los datos; ¡está muy conmovedor el asunto!

Dar click a la imagen para más info.

Tonight, Tonight

domingo, 13 de abril de 2008





Le voyage dans la lune

Revolution #4

viernes, 23 de noviembre de 2007

Ayer que estaba caminando hacia mi trabajo, pensaba que había llegado el momento de tener una nueva revolución. La Cuarta Revolución será.

En ese momento sólo pensé en el número, y suena bien, mejor que la tercera o la quinta. Hice cuentas, ciertamente, es la cuarta. Ubico tres momentos previos a lo largo de mi vida en los que he cambiado.

Pensaba también en la importancia de nombrar nuestros periodos, para darnos cierta identidad. Algo así como Picasso con los suyos o la historia misma. Bien, no debe ser positivistamente exacta, pero al menos si una aproximación poética de contar la propia historia.

Mi primera revolución la nombro como: La Revolución contra el Sistema
La segunda: La Revolución del Amor
La tercera: La Revolución Intelectual
La cuarta: La Revolución del Arte


Anyway, all are against myself
Sometimes I feel like I'm fighting the WWI

Yo del futuro contra yo del pasado

lunes, 5 de noviembre de 2007

A finales del 2005 dije esto:

Continuo unos cuantos días después, no estuve tan ocupado, estas cosas necesitan más que tener ganas de hacerlas, es decir, una gran lucha contra la pereza que me invade cada día. Me prometo dejar de ser tan perezoso, leer más, escribir y pintar más, acabar mi tesis y conseguir trabajo. Mientras tanto, sigo la lista.


¿Qué ha cambiado? Ya tengo trabajo, estoy tomando clases de dibujo, el blog creo que va mejoor y escribo más, leo mucho más. Me falta la tesis.

Sin duda soy menos perezoso.

Jean - Paul Sartre

jueves, 21 de junio de 2007

Mis recuerdos son como las monedas en la bolsa del diablo; cuando uno la abre, sólo encuentra hojas secas.

La Nausea

Cuento contigo