He intentado escribir esto varias veces, espero lograrlo ahora.
El lenguaje es poder
El lenguaje es posibilidad
El lenguaje es límite
El lenguaje crea
El lenguaje reprime
El lenguaje construye
El lenguaje destruye
¿Porqué muchas personas quieren ser escritores? ¿Porqué el arte da tanto estatus? ¿Porqué queremos parecer expertos? ¿Porqué nos gusta el placer? ¿Porqué el amor es trágico?
Quien tiene la última palabra tiene el poder. El poder no tiene palabra.
Desde que descubrí que me gusta escribir me topé con una gran limitación personal, no quería ser un fanfarrón, quería que lo que hiciera fuera Bueno, bueno como todos los que me gustan (o sea, me aterra la crítica, me aterra el placer, me aterra exponerme, me aterra poder lograrlo), el asunto que me limité en mi búsqueda y en mi quehacer. Eso mismo, me ha permitido observar ciertas cosas sobre el lenguaje y particularmente sobre el idioma y más particularmente sobre la expresión escrita.
Esto mismo ocurre con la psicología, el campo de estudio es tan cotidiano, de uso común que pareciera que todos podemos opinar y juzgar sobre: lo que hacen otros, lo que sienten, lo que deciden, lo que erran; cuando en realidad no tenemos la más remota idea de lo que ocurre. Al igual con el idioma, es de uso común y todos sabemos usarlo (en teoría) y conocemos sus reglas (en práctica) y no deja de sorprendernos sus reglas. Nos creemos expertos en lo que no somos y entonces nos disfrazamos con la expertez necesaria para criticar el estilo, la intención, la sintaxis, la ortografía, el contenido tácito, las figuras, la ideología, la inteligencia y buen juicio de nuestro colega/compañero; comienzan acaloradísimas discusiones sobre el uso correcto de las palabras y el orden de las mismas, sus declinaciones, reglas, casos, relaciones y demás; finalmente el que triunfa demuesta conocimiento, gallardía y tiene un brillo que el resto anhela y envidia.
Me intriga saber porqué apasiona tanto el uso correcto del idioma; tal vez lo intangible no es tan intangible, a final de cuentas el mundo se construye con lenguaje, y parece ser que el que tiene mejor lenguaje construye mejores mundos... Eso pareciera, pero el lenguaje se resbala entre los dedos, se comunica con otros y para otros, es esquivo y receloso, dice más cuando queremos decir menos, confunde, hace cuatros, encarcela y libera y nosotros... seguimos contando la cantidad de palabras que conocemos.
No, aún no lo logro escribir como quiero, pero me acerco.
El lenguaje es poder
El lenguaje es posibilidad
El lenguaje es límite
El lenguaje crea
El lenguaje reprime
El lenguaje construye
El lenguaje destruye
¿Porqué muchas personas quieren ser escritores? ¿Porqué el arte da tanto estatus? ¿Porqué queremos parecer expertos? ¿Porqué nos gusta el placer? ¿Porqué el amor es trágico?
Quien tiene la última palabra tiene el poder. El poder no tiene palabra.
Desde que descubrí que me gusta escribir me topé con una gran limitación personal, no quería ser un fanfarrón, quería que lo que hiciera fuera Bueno, bueno como todos los que me gustan (o sea, me aterra la crítica, me aterra el placer, me aterra exponerme, me aterra poder lograrlo), el asunto que me limité en mi búsqueda y en mi quehacer. Eso mismo, me ha permitido observar ciertas cosas sobre el lenguaje y particularmente sobre el idioma y más particularmente sobre la expresión escrita.
Esto mismo ocurre con la psicología, el campo de estudio es tan cotidiano, de uso común que pareciera que todos podemos opinar y juzgar sobre: lo que hacen otros, lo que sienten, lo que deciden, lo que erran; cuando en realidad no tenemos la más remota idea de lo que ocurre. Al igual con el idioma, es de uso común y todos sabemos usarlo (en teoría) y conocemos sus reglas (en práctica) y no deja de sorprendernos sus reglas. Nos creemos expertos en lo que no somos y entonces nos disfrazamos con la expertez necesaria para criticar el estilo, la intención, la sintaxis, la ortografía, el contenido tácito, las figuras, la ideología, la inteligencia y buen juicio de nuestro colega/compañero; comienzan acaloradísimas discusiones sobre el uso correcto de las palabras y el orden de las mismas, sus declinaciones, reglas, casos, relaciones y demás; finalmente el que triunfa demuesta conocimiento, gallardía y tiene un brillo que el resto anhela y envidia.
Me intriga saber porqué apasiona tanto el uso correcto del idioma; tal vez lo intangible no es tan intangible, a final de cuentas el mundo se construye con lenguaje, y parece ser que el que tiene mejor lenguaje construye mejores mundos... Eso pareciera, pero el lenguaje se resbala entre los dedos, se comunica con otros y para otros, es esquivo y receloso, dice más cuando queremos decir menos, confunde, hace cuatros, encarcela y libera y nosotros... seguimos contando la cantidad de palabras que conocemos.
No, aún no lo logro escribir como quiero, pero me acerco.
2 comentarios:
síiii!!!!, lo has encontrado, o lo tuviste contigo, a tu lado, todo este tiempo esperando una miradilla aunque fuese casual; pues bien, te ha jalado la cara y le has visto directito a los ojos... ¡¡¡AHORA LO TIENES tan manifiesto como siempre latente!!! ;-) ¡qué padre!
no me dejras mentir, pero apoco no nos sentimos importantes cuando usamos palabras que no siempre se utilizan?? cuando dices frases que no cualquiera entiende a la primera??
almenos yo siento como me elevo un par de centímetros del suelo al leer lo que escribo y pretendo sentirme intelectual...
bueno, es q yo lo hago porque no soy reconocida en nada mas, así que lo mio es patologico (ojala mis padres dieran una buena opinion sobre lo que escribo, pero jamas he tenido eso)
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