Era un mapa con tres salidas y una sola entrada. Cruzaba de sur a norte, marcando bosques, lagos y valles. Estaba impreso en un material semejante al papiro aunque los dibujos que nombraban cada región estaban animados.
La parte más cambiante del mapa eran las salidas. Formaban una especie de tridente: la salida de la izquierda no llevaba a ninguna parte y si se tomaba, ese camino regresaba al inicio del mapa, muy al sur; el camino del centro decía Sueño y si decidía seguir por allí la palabra sueño desaparecía y volvía a aparecer evitando el paso a través de ella. Finalmente, la salida de la derecha desembocaba en un bosque negro, señalado por unos dibujos de árboles siniestros y obscuros. Al perecer ese es el camino que debo tomar.
La parte más cambiante del mapa eran las salidas. Formaban una especie de tridente: la salida de la izquierda no llevaba a ninguna parte y si se tomaba, ese camino regresaba al inicio del mapa, muy al sur; el camino del centro decía Sueño y si decidía seguir por allí la palabra sueño desaparecía y volvía a aparecer evitando el paso a través de ella. Finalmente, la salida de la derecha desembocaba en un bosque negro, señalado por unos dibujos de árboles siniestros y obscuros. Al perecer ese es el camino que debo tomar.
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